lunes, 7 de enero de 2019

Drogas y rock


CDMX
IAPA
CAPITAL 21
Presentan:
Drogas... ¿lo sabes todo?
Con: Mario Domínguez Alquicira

 
 

¿Sexo, drogas y rock and roll?

Mario Alquicira

 

En 2016 fui invitado, en mi calidad de adictólogo, al programa Drogas… ¿lo sabes todo?, una producción del Instituto para la Atención y la Prevención de las Adicciones de la Ciudad de México para Capital 21, a hablar de “Drogas y rock”. La conductora, una mujer de mediana edad, con aires de seductora, insistía en querer saber si, efectivamente, el gusto por el rock y el consumo de drogas iban de la mano. “Queremos que nos ayudes a abordar estos aspectos”, dijo tendenciosamente. “¿Se requiere consumir drogas para ser rockero?”, era la pregunta repetida con muy leves variantes a lo largo de la entrevista.

Si bien es cierto que la historia del rock no puede entenderse sin conocer la influencia que en él tuvieron y tienen las drogas y los estilos de vida asociados a su consumo, vincular la cultura del rock especialmente a las drogas culmina en reduccionismo. Es justo mencionar que las drogas no están limitadas a los bordes del llamado rock o de la música para jóvenes en cualquiera de sus expresiones.

Para muchos autores, el uso de drogas se remonta a los orígenes de la humanidad y se pierde en la oscuridad de los tiempos; las sustancias psicoactivas han acompañado al ser humano en todo momento. Sin embargo, en el presente, para amplios sectores, la imagen social de las drogas nos remite a situaciones de marginación, delito, degradación de la salud y problemas de todo tipo que desembocan en consecuencias fatales. Así, los medios de comunicación han contribuido a estas representaciones sociales de las drogas y sus consumidores.

Harry Shapiro (2003), en su libro Historia del rock y las drogas, aporta acertadas reflexiones sobre la repercusión del consumo de drogas en los músicos y su música, y señala el nefasto papel que ha jugado la mezcla de drogas y alcohol en muchas muertes supuestamente por sobredosis. Resulta innegable que la historia del rock está ligada al abuso de sustancias y a la búsqueda de estados alterados, ya sea para el disfrute, la creación o el exceso. Es también cierto que una parte considerable de las obras maestras de la música están relacionadas al uso de sustancias. Erich Martino (2006), en su ensayo “Un mundo aparte” postula que si se conocen las características de uso así como las de sus efectos, una droga nos puede ayudar a entender los resultados sónicos de tal época o movimiento.  El autor considera que la relación de las drogas con el rock ha dejado de escandalizar; ahora se puede aceptar públicamente el hecho de haber experimentado con ellas o de ser un adicto.

¿Es posible que los creativos músicos de rock se sientan fuera de lugar si empiezan a tocar en algún centro nocturno donde todo el mundo está bebiendo excepto ellos? ¿Las ideas musicales que salían a raudales cuando los músicos estaban inspirados mediante bebidas alcohólicas o marihuana, quizá se agoten en la sobriedad? Al parecer, no existen muchas dudas acerca de que el arte y el alcohol van juntos. La lista de las personas que poseen talento artístico y son alcohólicas es realmente larga. ¿Estos creativos alcohólicos deben estar drogados o ebrios para escribir novelas, interpretar rock, imaginar cuentos, cantar blues y pintar? La respuesta es que nadie lo sabe a ciencia cierta, pero la creatividad de la mayoría de los individuos no se extingue. En este contexto, se considera que la música tiene la capacidad de sustituir los estados místicos inducidos por las drogas. (En su más reciente material discográfico, el guitarrista Jarris Margalli, incluirá una canción llamada “Mis drogas”, haciendo alusión a esos viajes inducidos no por mezcalina ni por psilocibina, sino por agentes naturales endógenos.)

Los medios de comunicación muestran a la población noticias sobre adictos a las drogas, relacionando a éstos con actos violentos, robos, muertes, etc. Es decir, ofrecen una visión negra que oscurece una realidad social más amplia.

La sexualidad. Jornadas Eleia 2017

Domínguez Alquicira, Mario, "Alana: La feminidad en construcción", en Wiener, Ana María et alLa sexualidad, México: Instituto Universitario Eleia, 2018, pp. 221-228. ISBN 978-607-9212-03-2


Los descubrimientos freudianos en el campo de la sexualidad modificaron para siempre la concepción del ser humano. Además de sostener con persuasión la existencia de la sexualidad infantil, Freud encontró en ella la raíz inconsciente de los conflictos neuróticos, trazó la secuencia del recorrido que la libido efectúa sobre el cuerpo antes de llegar al objeto y desató el deseo sexual de su mera expresión genital para hallarlo también en las manifestaciones pregenitales. La sexualidad es una fuerza de orden pulsional que, aunada a su contraparte, la pulsión de muerte, está detrás de toda conducta, constituye el contenido principal de las representaciones inconscientes y, por ser la fuerza que promueve la vida, agita, inquieta y perturba la mente. El pasaje obligado de las pulsiones sexuales por el complejo de Edipo le confiere a la sexualidad humana su carácter psicosexual y, por ende, trasciende su dimensión biológica para insertarse de lleno en el dominio sociocultural.
La obra precursora de Freud fue ampliada, enriquecida y reformulada por las contribuciones de Klein, Lacan, Hartmann, Winnicott, Bion, Meltzer, Green y otros destacados psicoanalistas a los que el lector de este libro encontrará entre sus páginas. Desde una perspectiva plural, el psicoanálisis contemporáneo se aproxima a su complejo objeto de estudio —la mente humana— e intenta comprender la multiplicidad de significados de las producciones psíquicas como son los sueños, las fantasías y los síntomas.
El Centro Eleia eligió a la sexualidad como tema central de las Jornadas 2017 con el objetivo de realizar una puesta al día de sus determinantes psíquicos. El libro que el lector tiene en sus manos es la compilación de los trabajos que se desarrollaron en esa ocasión. Comprende materiales clínicos de entrevistas y sesiones con pacientes que constituyen por sí mismas un breve muestrario de los diversos conflictos inconscientes y de la patología de la sexualidad. Cada material clínico es comentado por psicoanalistas experimentados quienes formulan alternativas diagnósticas y, tomando como eje de comprensión la transferencia, proponen líneas de interpretación y estrategias de intervención. La exposición de las ideas y conceptos es realizada en forma didáctica para que el lector novel siga paso a paso la dinámica del trabajo en el consultorio psicoanalítico. Las secciones se acompañan de una amplia bibliografía que documenta con rigor la investigación realizada por lo que este libro resultará de interés a todo estudioso de los atributos psíquicos y emocionales de la sexualidad.
Es doble el mérito de esta obra: analiza minuciosamente las prácticas sexuales en la sociedad contemporánea, al tiempo que muestra la aplicación clínica de las principales teorías que dominan el panorama psicoanalítico.