jueves, 20 de enero de 2011

Cine Debate "Percepciones sobre las drogas ilícitas en el cine"


Cátedra UNESCO "Transformaciones económicas y sociales relacionadas con el problema internacional de las drogas"

TRÁFICO (Traffic, Estados Unidos-RFA, 2000) de Steven Soderbergh, con Michael Douglas, Don Cheadle, Benicio del Toro. 147 minutos. Un collage de varias historias relacionadas con la droga y el narcotráfico, que involucran a un policía mexicano, a dos agentes de la DEA, a un capo mafioso y su esposa, al zar antidrogas estadounidense y su hija adicta. Décimo largometraje de Steven Soderbergh, realizador que saltó a la fama con su opera prima Sexo, mentiras y video, y luego ha desarrollado una carrera dispareja, pero en general interesante.


Presentación del libro... Psicoanálisis y cine. Tomo III

Se presentó el tercer tomo de Psicoanálisis y cine


Durante casi 15 años, el psicoanalista Pablo España, organizó un cine club, auspiciado por el Círculo Psicoanalítico Mexicano, sábado a sábado en diversas sedes, siendo una de las primeras la librería El Sótano de Miguel Ángel de Quevedo.

La mecánica era por demás sencilla, la proyección de una película y el debate de la misma, coordinado por psicoanalistas, críticos, investigadores de cine, escritores y en ocasiones hasta por artistas visuales. Producto de dichas sesiones ha sido la recopilación de tres tomos intitulados Psicoanálisis y cine. Antología del cine comentado y debatido, el número tres fue presentado el viernes 29 de mayo en la sede del Círculo Psicoanalítico Mexicano por sus dos antologadores: Mario Alberto Alquicira y María Alejandra de la Garza, así como por Nelson Carro, subdirector de programación de Cineteca Nacional y Alberto Montoya, actual coordinador del cine club, que tiene su sede en la Casa Reyes Heroles en Coyoacán.

Psicoanálisis y cine reúne algunos de los textos más destacados leídos en los diversos ciclos organizados por el doctor España, abarcando temáticas como: el erotismo y el amor, la psicosis, las relaciones familiares, la mujer, la creatividad, infancia y adolescencia y los amores difíciles, entre un sinnúmero de tópicos.

Este libro es reflejo fiel de una tarea semanal ininterrumpida, ejercida con gran pasión por Pablo España, donde la luz y las imágenes en movimiento permitían la reflexión en torno a diversas miradas en torno a la existencia humana, capturar los rincones del mundo, a partir de ciclos temáticos, lo cual se sigue realizando hasta la fecha, siendo el comentario —como se apunta en la cuarta de forros— el cual "abre nuevos surcos de reflexión que pretenden no comprender sino alcanzar lo verdadero".

Psicoanálisis y cine, tomo III es un libro imprescindible en la biblioteca de cualquier cinéfilo que busque expandir sus vivencias sostenidas con la pantalla grande. Entre sus páginas hallará textos de películas como: Los olvidados de Luis Buñuel, La mujer de al lado de Francois Truffaut, Asesinos por naturaleza de Oliver Stone, Vértigo de Alfred Hitchcock, El castillo de la pureza de Arturo Ripstein, La hora del lobo de Ingmar Bergman, o La mitad siniestra de George A. Romero, entre otras.

Este libro es una invitación para penetrar en los entretelones ocultos del Séptimo Arte.
***
[Entrada del Blog Travesías de Perla Shwartz - Biosstars posteada el 1 de junio de 2009]

Compilación de María Alejandra de la Garza y Mario Alberto Alquicira



México, 30 May (Notimex).- Como un homenaje al psicoanalista Pablo España, anoche fue presentado el libro Psicoanálisis y cine. Tomo III, una compilación de los doctores María Alejandra de la Garza y Mario Alberto Alquicira, con los comentarios de María Alejandra de la Garza, Nelson Carro y Alberto Montoya.
Previo a la presentación, en la sede del Círculo Psicoanalítico Mexicano, en esta ciudad, Lidia Agazzi, presidenta de esta institución, explicó en entrevista con Notimex que "el libro es producto de veinte años de trabajo dentro de nuestro propio cine club".


Apuntó que tanto la publicación del libro como la presentación, con invitados especiales y comentaristas expertos, obedece a una forma de reconocer el trabajo que realizó durante muchos años España, a quien calificó, en el buen sentido, como un "cinemaniaco".


Tal apelativo, aclaró, se le puede aplicar por su pasión por el Séptimo Arte y el psicoanálisis, "amores que él estudió junto con muchas otras disciplinas a las que naturalmente están asociados, como la literatura y la visión en general del ser humano desde la óptica de su formación académica".


Comentó que el Círculo Psicoanalítico Mexicano, entidad que forma psicoanalistas de alta calificación, cuenta con una serie de servicios a la población en general, especialmente a creadores, críticos y médicos, entre los que destaca su red clínica, seminarios, biblioteca y el cine club.


Agazzi se mostró satisfecha porque a lo largo de dos décadas esta institución ha mantenido vigente este club, "al que asisten regularmente universitarios, niños, adultos, ancianos y una vasta y heterogénea gama de cinéfilos, atrapados por nuestros ciclos de cine de arte".

En ese sentido, adelantó que este sábado iniciará el ciclo 46, titulado "La infidelidad: realidad o locura", que incluirá una mesa de reflexión psicoanalítica y cinematográfica, "en el Casa de Cultura Jesús Reyes Heroles, y será coordinado por Alberto Montoya".

Durante la presentación del volumen, Nelson Carro comentó que este foro cinematográfico "El psicoanálisis y el cine", patrocinado por el Círculo Psicoanalítico Mexicano y la Casa de Cultura Jesús Reyes Heroles, "ha servido a lo largo de su existencia para consolidar la cultura del cine club debate en nuestro país".

Asimismo, para formar psicoanalistas y cinéfilos interesados en la crítica y apreciación cinematográficas, apuntó el periodista y experto en cine.

Señaló que "ante la invasión cinematográfica comercial, las posibilidades de encontrar espacios que ofrezcan proyecciones alternativas son cada vez más limitadas".

Afirmó que la cinematografía se encuentra muy ligada al psicoanálisis, "ya que existe una amplia interrelación entre los sueños y el cine, al utilizar ambos el lenguaje de las imágenes. Los realizadores son conocedores profundos del drama humano y lo plasman en el ámbito de su quehacer artístico".
NTX/JCC/RML






Durante quince años, Pablo España dirigió el cine club El psicoanálisis y el cine, auspiciado desde 1992 por el Círculo Psicoanalítico Mexicano (CPM). Hasta su muerte, en 2007, Pablo España mantuvo la convicción de que el psicoanálisis y el arte debían mantener un diálogo constante; por eso, entre los comentaristas fílmicos no sólo se contaron lacanianos o freudianos sino también artistas plásticos o escritores, como José Luis Cuevas o Daniel González Dueñas.

El objetivo de Pablo España —quien se formó profesionalmente al lado de Armando Suárez, uno de los fundadores del CPM, y de Tomás Segovia, primer traductor al español de los Escritos, de Jacques Lacan, entre otros— al organizar cuarenta y dos ciclos temáticos, fue consolidar la cultura del cine club y contribuir a la apreciación del quehacer fílmico en relación con el psicoanálisis, pues aseguraba que entre ambos existía un vínculo estrecho. En particular, resaltaba la relación reveladora entre el sentido freudiano de los sueños —reflejo de los deseos y los temores inconscientes— y aquella expresión del arte. Así, aunque la pantalla cinematográfica jamás podría sustituir las reflexiones en el diván, subrayaba, sí es capaz de proyectar los miedos y los deseos individuales más profundos.

El CPM editó, en 2008, el tercer tomo de Psicoanálisis y cine, antología del cine comentado y debatido, compilado por Mario Alberto Alquicira y María Alejandra de la Garza. El primero colaboró estrechamente con Pablo España en la organización del cine club, así como en algunos libros. La elaboración de fichas técnicas y sinopsis de las cintas estuvo a cargo de Nelson Carro.

Entre los ciclos que abarca se cuentan erotismo y amor en el cine, la mujer fatal y cine prohibido, así como testimonios del público, donde se lee un comentario del crítico Gustavo García (“Todo salió bien gracias al elemento sorpresa: ¿cómo, Pedro Infante gay? ¿A toda máquina en este ciclo?”), otros de Diana Bracho, Carlos Bonfil o Laura Esquivel.

El cine es un reflejo de “lo real” que la realidad cotidiana no trasluce, comenta Fernando del Moral, a propósito de Él, cinta dirigida por Luis Buñuel. A Pablo España le gustaba contar que Jacques Lacan recomendaba a sus alumnos, en Francia, ver esta película si querían saber cómo era un sujeto paranoico. Del Moral afirma que los aparentes accidentes de los personajes en los filmes del español, matizados a veces con detalles surrealistas, no son sino evidencia de los malestares y tormentas anímicas de éstos, como la ceguera de los amigos de Francisco, el temible y celoso marido de Gloria, interpretado por Arturo de Córdova, quienes aconsejan a su víctima-esposa que sea comprensiva y tolerante con su cónyuge.

Sueños, pasiones, incesto y lo prohibido, entre otros temas, se comentan en este libro, elaborado también como homenaje “al psicoanalista cinéfilo”.

[Texto publicado por María Elena Rivera en La Jornada Semanal num. 726 el domingo 1 de febrero de 2009]

Publicaciones, Psicoanálisis y Cine III

Psicoanálisis y cine. Antología del cine comentado y debatido. Tomo III, Círculo Psicoanalítico Mexicano, México, 2008. 281 pp. ISBN 978-968-5088-10-7.

Este tercer tomo de Psicoanálisis y cine da cuenta de la historia del Círculo Psicoanalítico Mexicano, institución con más de treinta años de trayectoria, que dio cabida y posibilidad a un deseo y a una pasión encarnados ambos por nuestro entrañable amigo y colega Pablo España. Es —al mismo tiempo— testimonio, reconocimiento y homenaje a ese deseo pasional que hizo posible la presencia irrefutable y permanente en el ámbito cultural de un espacio capaz de abrir el diálogo entre la cinematografía y otros territorios del arte y del saber. Pablo España no dejó de convocarnos para compartir la apreciación, el análisis y la discusión de innumerables películas, generando con ello no sólo otra manera de ver el cine sino de percibir la realidad.
Tarea semanal ininterrumpida en la que los espectadores se iban tejiendo a sí mismos con otros hilos, otros colores, otras palabras. Como si la luz y las imágenes proyectadas en pantalla fueran transformando la mirada, la intención y la vida misma. Este libro, materia ilusoria hecha de luces y sombras, encuentra sus múltiples sentidos en el ojo expectante de cada comentarista. Porque el cine nos refleja, invitándonos perennemente a seguir imaginando para encontrarnos en la ilusión de trascender; porque después de emprender ese viaje individual y colectivo nuestra manera de mirar nunca volvió a ser la misma. Debatir el cine es parte de ese proceso continuo en el que a través de los distintos ciclos temáticos nos sumergimos en imágenes que nos permiten acceder a un mundo ignoto. El comentario, a su vez, abre nuevos surcos de reflexión que pretenden no comprender sino alcanzar lo verdadero.
En el primer tomo de esta obra, Pablo España y Mario Alquicira lo señalaban: “El fenómeno fílmico hace posible una experiencia única en la que la cámara hace de microscopio y espejo mágico que cierne la totalidad de la realidad humana”. Testigo asidero de historias, imágenes y sueños, durante más de una década, es éste un texto que atañe al cine, al psicoanálisis y a las pasiones que despiertan, cerrando a la vez un capítulo institucional: el de una actividad y una figura cuya pérdida es tan dolorosa como irreparable.



Publicaciones, Psicoanálisis y Cine II

Psicoanálisis y cine. Antología del cine comentado y debatido. Tomo II, Círculo Psicoanalítico Mexicano, México, 2002. 306 pp. ISBN 968-5088-07-1.
Este libro intenta un acercamiento al fenómeno cinematográfico desde una perspectiva psicoanalítica y documentar la génesis  y el desarrollo de un cine club debate creado para analizar y trabajar el cine con las herramientas propias del psicoanálisis. Único en su género, el Cine Club Debate “El psicoanálisis y el cine”, patrocinado por el Círculo Psicoanalítico Mexicano, ha servido —a lo largo de sus diez años de existencia— para consolidar la cultura del cine club debate en nuestro país, y además para formar cinéfilos y psicoanalistas interesados en la crítica y apreciación cinematográficas.

            El Cine Club ha organizado 29 ciclos. Fuera de los ámbitos de las escuelas de educación media y superior, son los únicos en México en los que, de manera permanente, se lleva a cabo un debate complementado con comentarios de destacadas personalidades de distintas disciplinas y en el que el público asistente participa de modo activo. El fenómeno cinematográfico ha sido abordado desde el campo psicoanalítico y desde una perspectiva interdisciplinaria que permita conocer las situaciones que plantean los filmes presentados. Ello, en obediencia a la premisa que rige a los organizadores: la de que el psicoanálisis constituye tan sólo una forma de abordar el universo cinematográfico, entre otras posibles y variadas. La incursión del psicoanálisis en el cine es vista por ellos como un modo de convivencia, una riqueza que el psicoanálisis puede aportar en la forma de ver y entender el cine.

            Así, han participado no únicamente psicoanalistas, sino también personalidades pertenecientes al mundo de la cinematografía, la dramaturgia, la literatura, la música y las artes plásticas; se han incorporado periodistas, críticos e investigadores, proporcionando su propia visión en torno al tema general del ciclo y a la película en turno, que se enriquece con la activa participación del público durante el debate tras la proyección y la intervención del presentador.

            El hecho de que ahora se publique una selección de los filmes que a lo largo de estos 29 ciclos se han comentado y debatido, responde a la necesidad de dejar constancia del esfuerzo y dedicación de los comentaristas y también a la de rendir tributo a todos aquellos que, como asistentes —asiduos o no— han contribuido a la realización de este proyecto. Esta obra (dividida en dos tomos) tiene la finalidad de conmemorar el décimo aniversario del Cine Club Debate “El psicoanálisis y el cine”.

 
 
PSICOANÁLISIS Y CINE I y II
DE PABLO ESPAÑA Y MARIO ALQUICIRA
 
Dr. Alejandro Chao Barona
Comentar estos libros es compartir con los autores y la pléyade de comentaristas el entusiasmo personal, la manía por ver películas y la obsesión de contarlas o comentarlas. Es importante el rescate de diez años, con 29 ciclos, de estas huellas de la memoria del Cine Club Debate, “El Psicoanálisis y el Cine”, del Círculo Psicoanalítico Mexicano.
Pero la lectura de estos dos libros no resuelve el enigma de la atracción perversa por la exhibición cinematográfica. Y digo perversa porque se cambia la acción tridimensional que demanda la pulsión por la magia bidimensional del más puro principio de placer; se reemplaza el esfuerzo personal por la pasividad golosa de contemplar el sueño ajeno, el deseo prestado.
Vale la pena reflexionar al respecto.
¿Por qué nos llama tanto la atención encerrarnos en un lugar oscuro y cerrado y dejar que un pequeño juego de luz y sonido nos haga cómplices de las fantasías de un guionista y un director y de las acciones virtuales de artistas y tramoyistas?
La contemplación cinematográfica ¿será por una especie de viaje hacia el psiquismo fetal con sus condiciones de levitación y funcionamiento cerebral en absolutos arquetipos de imágenes primarias en el más simple dejarse ir tras el fantasma despojado de cualquier significado: sólo luz en blanco y negro; luz, en colores brillantes; luz, en sepias o azules; y todo entre el ritmo del corazón y la distonía del intestino?
Y el comentario post-voyeur ¿será por la búsqueda de una resignificación de lo imaginario, más allá de su creador; más desde el vidente que intenta descubrir un mensaje donde sólo hay el placer mágico de exhibir en la bidimensionalidad lo negado a la tridimensionalidad?
O ¿será por la necesidad de hacer propio el sueño prestado, compartido, alquilado, por medio de una racionalización que le de sentido al gozo de entrar en el sueño de otro?
El recorrido de los capítulos de los dos libros que hoy se presentan, es el recorrido de la historia de la propia perversión: entregarse al juego de la visión y a la fantasía de la interpretación. ¿Qué filosofía habré de crear para sobrevivir y sobrellevar en la realidad la atracción ilimitada de la fantasía?
Interpretar es imponer y traicionar. Imponer mi propia visión de las cosas, con los argumentos de mis discursos sobre la visión del creador del sueño al que traduzco y por tanto traiciono. Por eso, el buen cine es como el poema o la música inspirados por las musas a los cuales, cualquier comentario, nada agrega y se convierte tan sólo en la racionalización tardía de la emoción que la imagen permitió que brotara del fondo del corazón.
Todos vivimos en el poema de nuestra existencia sin sentido pero tropezamos constantemente con la significación que le queremos atribuir a la inspiración del inconsciente.
La reflexión racional, la explicación simbólica, arrebata emoción a la imagen que figuró por un instante ante nuestros ojos y permitió que el yo, aprisionado en los lugares asignados por el poder y el deseo, saliera de sí durante la hora que duró la exhibición cinematográfica, se volviera ajeno y llegara a tomar por propio el sentimiento de otros, las acciones de otros, los sueños de otros, los anhelos profundos de todos los otros.
Es en este desprendimiento de nosotros donde distinguimos el buen cine del cine burdo, del cine sórdido, del cine sólo comercio, de la misma manera como podemos distinguir, nos dice Ezra Pound, la mercancía que genera la usura, de la piedra labrada o de la tela enhebrada por el ensueño del arte.
Ahora que el mercado invade todas las rendijas de la existencia, incluyendo la venta del psicoanálisis, y nos cierra la puerta del tiempo para escuchar y gozar el poema, o la música o disfrutar el buen cine, este esfuerzo de rescatar las películas cercanas a nuestro corazón y compartir la visión que despertaron en cada uno de los expositores y autores se vuelve tan meritorio.
Ahora que la ‘hora’ se ha vuelto la unidad de generación del interés del capital, y no la unidad de escucha y construcción de la estrofa original del poema de la existencia, la tradicional hora cinematográfica se convierte en el momento privilegiado para ver en pantalla, a todo color y con sonido estereofónico el ensueño de los creadores que sólo en los primeros siete ciclos nos trasladan de la Madre Juana de los Ángeles, al Lugar sin Límites, de Atrapado y Sin Salida, a las Imágenes de Altman; de las Alas del Deseo al Terciopelo Azul de David Lynch; y de Más Allá del Deseo, al Este del Paraíso y al Silencio de Oliver… aunque después pasen a la prosa de expresar la relación entre el psicoanálisis y el cine, el erotismo y el amor, la psicosis, la relación de pareja, las perversiones, las relaciones de familia y la infancia y la adolescencia…
En el psicoanálisis el terapeuta se convierte en el cómplice testigo auricular del ensueño individual ajeno, en el cine, como en el relato/escucha de los mitos todos nos convertimos en los testigos cómplices visuales de los ensueños universales. La película que no es colectiva se convierte en el video casero que no trasciende sino deprime.
Sirvan estas palabras como un estímulo para que se instale un verdadero cineclub en nuestra universidad que aprenda del libro Psicoanálisis y cine. Antología del cine comentado y debatido de Pablo España y Mario Alquicira y transmita a las próximas generaciones una amplia puerta de escape creativo a las presiones y prisiones de cualquier realidad convulsionada o civilizatoria.
Muchas gracias.


***
*
[Texto leído por el autor en la presentación de Psicoanálisis y cine. Antología del cine comentado y debatido. Tomos I y II (Círculo Psicoanalítico Mexicano, México, 2002), Facultad de Psicología, Universidad Autónoma del Estado de Morelos, Cuernavaca, Morelos, marzo 14 de 2003.]

 

 

Publicaciones, Psicoanálisis y Cine I

Psicoanálisis y cine. Antología del cine comentado y debatido. Tomo I, Círculo Psicoanalítico Mexicano, México, 2002. 287 pp. ISBN 968-5088-06-3

Este libro intenta un acercamiento al fenómeno cinematográfico desde una perspectiva psicoanalítica y documentar la génesis  y el desarrollo de un cine club debate creado para analizar y trabajar el cine con las herramientas propias del psicoanálisis. Único en su género, el Cine Club Debate “El psicoanálisis y el cine”, patrocinado por el Círculo Psicoanalítico Mexicano, ha servido —a lo largo de sus diez años de existencia— para consolidar la cultura del cine club debate en nuestro país, y además para formar cinéfilos y psicoanalistas interesados en la crítica y apreciación cinematográficas.

            El Cine Club ha organizado 29 ciclos. Fuera de los ámbitos de las escuelas de educación media y superior, son los únicos en México en los que, de manera permanente, se lleva a cabo un debate complementado con comentarios de destacadas personalidades de distintas disciplinas y en el que el público asistente participa de modo activo. El fenómeno cinematográfico ha sido abordado desde el campo psicoanalítico y desde una perspectiva interdisciplinaria que permita conocer las situaciones que plantean los filmes presentados. Ello, en obediencia a la premisa que rige a los organizadores: la de que el psicoanálisis constituye tan sólo una forma de abordar el universo cinematográfico, entre otras posibles y variadas. La incursión del psicoanálisis en el cine es vista por ellos como un modo de convivencia, una riqueza que el psicoanálisis puede aportar en la forma de ver y entender el cine.

            Así, han participado no únicamente psicoanalistas, sino también personalidades pertenecientes al mundo de la cinematografía, la dramaturgia, la literatura, la música y las artes plásticas; se han incorporado periodistas, críticos e investigadores, proporcionando su propia visión en torno al tema general del ciclo y a la película en turno, que se enriquece con la activa participación del público durante el debate tras la proyección y la intervención del presentador.

            El hecho de que ahora se publique una selección de los filmes que a lo largo de estos 29 ciclos se han comentado y debatido, responde a la necesidad de dejar constancia del esfuerzo y dedicación de los comentaristas y también a la de rendir tributo a todos aquellos que, como asistentes —asiduos o no— han contribuido a la realización de este proyecto. Esta obra (dividida en dos tomos) tiene la finalidad de conmemorar el décimo aniversario del Cine Club Debate “El psicoanálisis y el cine”.

miércoles, 19 de enero de 2011

Publicaciones, Tres grandes sueños

Tres grandes sueños de pasión, locura y seducción. Una visión psicoanalítica, Círculo Psicoanalítico Mexicano, México, 2001. 219 pp. // 2a ed. corregida y aumentada: CPM, México, 2002. 302 pp. ISBN 968-5088-04-7.
Hace cien años que Sigmund Freud —el padre del psicoanálisis— publicó un texto que revolucionaría gran parte de las ideas con las que transitaría el siglo XX. La interpretación de los sueños devolvió al sueño la importancia que universalmente se le reconoció en épocas antiguas y le aplicó un procedimiento diverso al empleado en aquel entonces. Dicha obra está basada sobre la idea de que los fenómenos oníricos son productos capaces de revelar su significado mediante una labor interpretativa, caracterizada por su minuciosidad y rigor científico. De aquí se desprende el hecho crucial de que la interpretación sea el lugar central desde el cual se aborden tales productos.

El presente libro se propone abordar tres grandes sueños que tienen como común denominador la pasión, la locura y la seducción. Tres grandes sueños soñados por grandes soñadores de nuestra historia. Personajes trágicos que, a pesar de estar separados por el tiempo y la distancia, comparten los atributos esenciales de todo “sujeto imposible”.

El primer sueño que aquí se analiza es el de la “inyección de Irma”, sueño emblemático que representa una de las más importantes etapas en la construcción del método psicoanalítico para el conocimiento del inconsciente. Fue el primer sueño interpretado detallada y sistemáticamente por Freud, y le serviría además como modelo para ejemplificar su teoría de los sueños.

El segundo sueño es el que tuviera el famoso filósofo marxista francés, Louis Althusser, y que anticipara la tragedia que tendría lugar dieciséis años después, cuando la mañana del 16 de noviembre de 1980, Althusser estrangulara a su esposa, Hélène Rytmann, con quien había convivido durante más de treinta años.

Y, por último, Alicia en el país de las maravillas de Lewis Carroll, que, sin ser propiamente un sueño, posee todas sus peculiaridades y es, por tanto, susceptible de ser sometido a una interpretación psicoanalítica.

Tres grandes sueños que revelan mucho más acerca de sus respectivos autores que de lo que gira en torno a ellos. Tres grandes soñadores que, como podrá comprobar el lector una vez concluida la lectura de este libro, no son más que tres “sujetos imposibles” movidos por una sed insaciable de pasión, locura y seducción.