ISBN: 978-607-9497-62-0 |
Este libro da cuenta de la transformación que, a través del tiempo, sufrieron el tratamiento y los usos de sustancias psicoactivas, desde las hegemonías sucesivas que han ido teniendo diferentes discursos. El consumo de drogas y alcoholes ha sido demonizado en diferentes épocas pero, en rigor, ese carácter maligno se fue consolidando a lo largo del siglo XX. Esto sigue vigente todavía hoy transitando la segunda mitad del siglo XXI aunque de una manera más atenuada. Es a partir de esta actitud dogmática y de esta satanización, que Las plantas de los dioses se transformaron paulatinamente en Las plantas del diablo.
Sabemos que desde la noche de los tiempos, los seres humanos utilizaron plantas, setas y hongos por sus propiedades saludables, aliviadoras, embriagantes, calmantes, pacificadoras, estimulantes, hipnóticas, mitigadoras del dolor, de los padecimientos, modificadoras de la conciencia, ensoñadoras, generadoras de visiones, con un largo etcétera y se usaron para distintos fines, tanto curativos como religiosos. Durante siglos la medicina basó su terapéutica en remedios provenientes de vegetales en diversas preparaciones y modos de administración. Asimismo, en una gran variedad de experiencias religiosas se ha recurrido a las plantas como enteógenos, vehículos hacia la divinidad.
¿Pero qué provocó este cambio, esta modificación ideológica, que hizo que las plantas divinas devinieran plantas diabólicas? Basta remitirnos a la lectura de este libro para encontrar abundantes elementos sobre este tema, ya que, en gran parte, es sobre lo que Mario Domínguez Alquicira escribe.
Sabemos que desde la noche de los tiempos, los seres humanos utilizaron plantas, setas y hongos por sus propiedades saludables, aliviadoras, embriagantes, calmantes, pacificadoras, estimulantes, hipnóticas, mitigadoras del dolor, de los padecimientos, modificadoras de la conciencia, ensoñadoras, generadoras de visiones, con un largo etcétera y se usaron para distintos fines, tanto curativos como religiosos. Durante siglos la medicina basó su terapéutica en remedios provenientes de vegetales en diversas preparaciones y modos de administración. Asimismo, en una gran variedad de experiencias religiosas se ha recurrido a las plantas como enteógenos, vehículos hacia la divinidad.
¿Pero qué provocó este cambio, esta modificación ideológica, que hizo que las plantas divinas devinieran plantas diabólicas? Basta remitirnos a la lectura de este libro para encontrar abundantes elementos sobre este tema, ya que, en gran parte, es sobre lo que Mario Domínguez Alquicira escribe.
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